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Violada por 3 sujetos

Estándar

Como todos los días al salir del trabajo fui a tomar el micro, estaba en la parada esperando cuando de repente y sin siquiera advertirlos me interceptaron 3 sujetos, con la luz de un auto logré divisar sus rostros, uno rubio, otro totalmente calvo, y el ultimo negro mota de contextura muy grande, que por su acento parecía ser cubano.

Cuando reaccioné que algo tramaban quise gritar. Pero ya era tarde, me rodearon, apretujaron dejándome indefensa. Y antes de yo poder pedir auxilio el calvo tapo mi boca con una cinta, el negro me alzó como si fuera una bolsa de papa y me cargó sobre su hombro, mientras el rubio ataba mis pies para que dejara de tirar patadas al aire, y me introdujeron a un auto.

Una vez dentro y con un sujeto de cada lado me quitaron la cinta de la boca, al fin pude gritar, pero nadie me oyó…
Sobre la carretera y a esas horas no era común que anduviera alguien vagando por la zona, en mi caso era la rutina de todos los días.

De repente el auto se detuvo debajo de un puente abandonado. El lugar era muy desierto, y oscuro pero inmediatamente me ubique donde estábamos, lo reconocí.

Quise zafar de ellos, pero me fue imposible, grite todo el tiempo, suplique que no me hicieran daño, les ofrecí mi bolso, mi celular, el dinero que llevaba encima, mi reloj, todo les quise dar a cambio de mi libertad…

Pero el rubio me dijo: _nena no te das cuenta que no queremos robarte, te queremos a vos, queremos tu cuerpo, queremos cogerte toda, queremos gozar, no te resistas que no te haremos daño.

Mientras los otros 2 me bajaron del auto a la fuerza, el negro metió sus manos por debajo de mi blusa frotando mis senos muy fuertemente, se sentían ásperas, como agrietadas, me hacia doler.

Me empujaron contra el capot del automóvil, entre manotazos de ellos y míos; y entre los 3 se deshicieron de mis prendas y me dejaron en ropa interior.
Ese día estrenaba un conjunto atigrado transparente, que dejaba ver claramente las aureolas de mis senos y debajo se traslucía mi vulva delicadamente rasurada.

(Aquella noche había quedado con mi nuevo novio estrenar su regalo).

El pelado me llevó y apoyó sobre el capot, me desató y separó las piernas, yo seguía llorando desconsoladamente, el rubio y el negro se encargaron de mantenerme inmóvil, este corrió la tanga hacia a un lado y hundió su cara en mi sexo y con su lengua se encargó de abrirme los labios vaginales, luego comenzó a lamerme y cogerme con ella durante un largo rato, hacia arriba y hacia abajo.

De cada costado seguían allí haciendo a la vez de espectadores sosteniéndome con una mano y con la otra se franeleaban el bulto insistentemente por encima del pantalón.

Me hallaba confundida, desesperada, pensaba como poder escapar de ellos, pero a la vez mi respiración aumentaba con cada lametazo que me propinaba.

El negro se aproximó del costado izquierdo abalanzándose sobre mí cuello con su lengua asquerosamente llena de saliva, entre lamidas que me repugnaban sentía sus gruesos labios succionándome la piel de mi cuello lánguido y terso que siempre tanto me han halagado ; el hijo de puta me estaba mordiendo, me hacía doler .

Creo que en ese momento fue cuándo me di cuenta que mi vida podía correr peligro, y explote en llanto otra vez.

Eso pareció excitarlos más.

El negro se bajó los pantalones y refregaba su pedazo por todo mi cuerpo que si bien no lo pude ver por la oscuridad de la noche se percibía de gran tamaño al tocar mi piel.

Ni un miserable auto pasaba por aquel lugar que me pudiera socorrer. Conocían tanto del lugar como yo, sabían muy bien que debajo de ese puente roto nadie los descubriría.

El rubio aparentaba ser el más tranquilo de los 3, aunque con una de sus manos me tenía prisionera, solo observaba en silencio sin dejar de tocarse.
Y a pesar de aquellas palabras que me había dicho minutos antes a modo de tranquilizarme, estaban abusando de mí, así que sus palabras las ignoré por completo.

El calvo dejó mi entrepierna y con bruscos movimientos se deshizo por completo de sus prendas. Me giró salvajemente poniéndome de cara al capot, mi cuerpo curvado sobre el auto me dejaba totalmente a su merced.

Bajo un tono altanero dio orden a los otros de que no me soltaran. Demostrando ser el cabecilla. Entre risas malévolas acercó su boca a mi oído susurrando aquellas palabras que hubiera preferido no escuchar nunca…

_ahora sabrás lo que es una buena cogida.

Ahogada con mi llanto como pude suplique que me dejaran ir.
Pero nada de lo que yo dijera pareció importarles. Sus carcajadas burlonas perforaban mis tímpanos demostrándolo.

Se ubicó detrás, palpó con sus manos mi sexo y me dijo:
_ que perra resultaste; mira como te mojaste hija de puta!!! Ahora se viene lo mejor, vas a disfrutar como nunca antes.

Estaba avergonzada de mí misma, no podía creer que bajo esas circunstancias me hubiera mojado.

Como endemoniado forcejeo hasta destrozarme la tanga a tirones, intentó hacer lo mismo con el corpiño pero la tela se resistió, se conformó con sacar mis tetas fuera de él.
Luego de amasarlas bruscamente durante un rato las liberó.

Con su mano pesadamente empujaba hacia abajo mi espalda para que mi cavidad quedase a la altura de su miembro, para facilitar la penetración. Y después de un par de intentos fallidos logró su cometido.
Me penetró.

Se agarro de mi cuerpo como una garrapata a un perro, luego de varias embestidas salvajes le ordenó al negro que se dejara de tocar y encendiera las luces del auto…

_ Quiero que vean cuanta leche me sacó la putita esta.

Y cuando las luces nos alumbraban sentí como derramaba su lechada caliente sobre la espalda chorreando hasta el culo.

_Ahora es tu turno Alex; mencionó; y se acercó el rubio, más tímidamente.
_ Dejemos las luces prendidas, así vemos como te la coges, dale su merecido a la pendeja esta, ¿quien se cree que es?

Ya basta, déjenme ir a mi casa, por lo que más quieran, déjenme ir.

Sus risas nuevamente presagiaban lo que se venía.

El rubio que hasta el momento parecía ser el más tranquilo de los 3 me tomó del mentón y me giró la cabeza enfrentándome a su compañero “él negro”

_ míralo bien, fíjate el pedazo que carga el hijo de puta, saboréate porque ese será tu postre.
Las carcajadas simultáneas no se hicieron esperar.

Me agarró de mi larga cabellera tirando muy fuerte de ella y me ordenó que me arrodillara. Con un movimiento de pelvis pego su sexo a mi cara.

_ al fin no aguantaba más… deseaba que llegara mi turno, yo quiero disfrutarte por completo.
Detrás del calzoncillo te espera mi pija caliente, vamos nena, quiero ver cómo la chupas.

Por primera vez pude ver su cara, era un chico de rasgos delicados, tez muy blanca y de ojos claros, aunque no llegue a divisar su color.

Tranquilamente podría habérmelo cruzado alguna vez en la calle de mi pequeña ciudad, pero jamás hubiera imaginado que debajo de ese rostro se escondiera un nefasto violador.
A modo de custodia permanecían los otros, para impedir cualquier nuevo intento de huida.

Me resistí a chupársela, ladeaba la cara para un lado y para otro, no quería hacerlo, nuevamente implore se apiadarán de mí y me dejaran ir.

Pero como consecuencia de mi rebeldía recibí un fuerte tirón de pelo y me dijo_ linda no nos ofusques que estamos siendo buenitos con vos, hace lo que te pedimos que luego podrás irte con los tuyos como si nada hubiera pasado.

Me la metió en la boca a la fuerza y con su mano empujaba de mi cabeza maniobrando los movimientos.
_ ahora hazlo sola, chúpala como buena putita que sos.

No me esperaba recibir dentro de mi boca su catarata de semen, me dio muchísimo asco y quise escupir, pero se percató antes y me obligo a tragármela.

_Sigo re caliente, ahora quiero comerte las tetas.

Me paró y apoyo sobre el auto, e incrusto su cara en medio de mis lolas a la vez que decía que eran las tetas más perfectas que había visto.

Lloraba desconsoladamente, sentí un fuerte dolor en el pecho, cansada de hacer fuerza en vano para escapar, mis piernas flaqueaban. Pero no me quería rendir, tenía que intentar zafar de ellos una vez más.

Cuando más entretenido estaba comiendo mis tetas pensé: “este es mi momento.”

Pero mi ilusión se dilapido en un cerrar y abrir de ojos, sus manos y miradas no se despegaban de mi.
De las lolas paso a lamerme el cuello, fue subiendo en busca de mi boca, y yo le corría la cara, lo evitaba.

Dios !!! Que ganas de vomitar cuándo lo consiguió, me metió la lengua y hurgaba en mi boca como si fuera mi dueño, no lo pensé, cerré de golpe mi boca y lo mordí.

Se enfureció, me tomó con fuerzas entre sus brazos y me sacudió tan fuerte que me mareo, los otros reían, y el negro agrego
_ nos salió rebelde la pendeja.

El rubio no menciono ni una sola palabra más, creo que el dolor se lo impedía.

Rabioso bajó a mi entrepierna, me lamió un par de veces, y luego se posiciono del clítoris tomándolo entre sus dientes lo mordía frenéticamente, eso me causo dolor, creo fue en venganza por lo que yo le había hecho.

Sin más preámbulos me la ensarto de una, al 5to o 6to bombeo empezó a temblar, se preveía la eyaculación, yo deseaba terminara pronto la pesadilla, me moví un poco para acelerar el trámite y lo logré, acabó de inmediato, pero acabó dentro de mí.

Dejó caer su pesado cuerpo sobre el mío diciendo
_ a pesar de la mordida estuvo genial, apartándose le cedió el lugar al restante
_ Edgar llego tu momento. Mátala a pajazos, dale

Yo me sentía fatal, mi cuerpo estaba como en el aire, no sentía mis piernas, y mi cabeza parecía estallar.
Me seguían teniendo apoyada sobre el capot, nada podía hacer para detenerlo, cuándo lo tuve frente a mi noté lo gigante que era, solo distinguía su blanca dentadura, sin promediar palabra pasó su lengua por todo mi cuerpo baboseándome.

Sus labios gruesos envolvieron por completo mi sexo. Me lamio la concha de tal manera que tuve que tratar de disimular mi orgasmo.

_ mmmm me parece a mí o mi lengua juguetona te gusto?
_Qué bien sabe!!! Murmuraba mientras se nutria de mi néctar.
_Está perfectamente lubricada para mi tronco, pero antes quiero sentir tu boca en mi falo.
Otra vez se repetía la escena anterior.

Pero yo no estaba en condición de suplicar nada, sentía mi cuerpo desvanecer.
Forzando mi boca metió su pija hasta que mi garganta dijo basta, provocándome arcadas una y otra vez, era larga y gorda, esta ocupaba toda mi boca, la comisura de mis labios parecía que se iban a rasgar.

Me bajó la cabeza llevándola hasta sus enormes huevos llenos de leche, totalmente depilado.
_ lámelos, cómemelos como se los comes a tu novio.

Me arriesgue a lo que pudiera pasar, y apreté mis dientes en uno de sus testículos, para mi sorpresa ni se inmolo, parece que no apreté lo suficiente como para provocarle dolor.

Sus compañeros ya no me sostenían, se estaban pajeando como locos frente a aquella escena.

Estaba muy caliente, sus gemidos roncos denotaban su excitación.
Esta vez fue él quien se apoyo sobre el auto. Me tomó de la cintura rápidamente, fue el único instante que había quedado totalmente liberada, pero fueron fracciones de segundos, no más, solo me dio tiempo a tirar un par de trompadas al aire intentando dar en su rostro.

Quedando yo de espaldas, me abrió las piernas, metió sus dedos en mi vagina, y con un brusco movimiento me aplastó sobre él, sentí un profundo dolor, mi estrechez frenaba la entrada de todo su aparato, arrancándome un grito que retumbaba en el silencio de la noche.
_ no quise hacerte doler bebe, quiero gozarte, pero no dañarte.

Se quedó inmóvil por un momento, hasta que calculó que el dolor había desaparecido.
Y volvió a la carga otra vez… ahora se movía formando círculos dentro de mí, estaba buscando hacer lugar para meterla toda, sentía como golpeaba la cabeza de la pija en las finas paredes de mi estrecha concha.

Cuándo se conformó del pedazo que había logrado entrar me pidió que lo cabalgara.

_Cógeme vos, cabálgame, haceme explotar de placer
Lo hice, lo cabalgue lo más fuerte que pude, quería que acabara pronto.
Al fin se estaba acercando el final de la pesadilla.

Me asombré de cómo mi concha se había devorado semejante tronco, en cada cabalgada caía pegando contra sus huevos. El mismo que antes me había arrancado un orgasmo con su boca me hacia jadear, pero preferí morderme y tragarme cada gemido que me provocaba, no podía demostrar que me estaba haciendo gozar.
Sentí que su leche estaba por venir y antes de que llegara a la punta me detuve, y le pedí por favor que no me acabara dentro.

Por suerte se compadeció. Me hizo arrodillar y que se la volviera a chupar, y cuando supo que ya le venía entre mezcla de gemidos y gritos me eyaculó en la cara, parecía que nunca iba a terminar de salir leche, era asquerosamente terrible sentir su leche por toda mi cara.
Los otros 2 se sumaron frotándose frenéticamente buscando alcanzar el cometido; me acabaron con grandes chorros de semen salpicando todo mi cuerpo.

Cuando creí que al fin todo había terminado, se escucharon aplausos que provenían del final del puente, cada vez se sentían más cercanos, cambio los aplausos por una exclamación
_ ¡bien muchachos! Así da gusto contratarlos, pero para culminar falta el detalle final, no se corten con mí presencia.

Esa voz que se iba acercando cada vez más al lugar, me resultaba familiar, venía de un costado, la luz del auto no lo alcanzaba. No me dejaba ver de quien se trataba, solo se vislumbraba una figura masculina. Pensé lo peor…

¡Me van a matar!

En el preciso instante que esa frase mortal repercutía en mi cabeza me sorprendieron unos chorros desde lo alto, mojándome por completa, los hijos de re mil puta me estaban meando encima.

Con gran repulsión escupí la orina que había entrado a mi boca. Y a pesar de la asquerosa situación me alivio saber que no era lo que yo pensaba, les comencé a gritar de todo, lo que me venía en mente, descomprimí la angustia de pensar que sus caras sería lo último que iba a ver.
Mi cuerpo consternado y apesadumbrado no respondía lo que mi mente le ordenaba, mientras ellos se escurrían en la lejanía de la oscuridad, para el lado contrario con rumbo desconocido del cual me habían traído, tomando fuerzas como pude, me fui incorporando poco a poco…

Cuando tuve la intención de comenzar a correr en busca de la carretera escucho mi nombre pronunciar por aquella voz que momentos antes no había podido reconocer. Pera esta vez venía enfrentándose a los faroles del auto. Ahí recién pude ver de quien se trataba.

Era Lucas mi ex novio, del que había estado muy enamorada tiempo atrás, un chico muy posesivo, siempre me celaba tontamente y sin motivos, fue una relación enfermiza de la cual me costó salir. Él seguía persiguiéndome a sabiendas de que yo estaba de novia en la actualidad con Nicolás.

En estos últimos 2 meses no había sabido nada de él, creí que había logrado superar su problema, porque su mamá me había contado en una oportunidad que nos encontramos en el centro, que estaba yendo a un psicólogo, lo cual me alegre que se estuviera tratando.

_ no te podes quejar “mi reina” (siempre me había llamado así) aunque estemos alejados yo siempre pienso en vos.

Se fue acercando un poco más, hasta quedar frente a mí, con ánimo de amedentrarme clavo su mirada en la mía, me aterraba, me descolocaba, temía por sus intenciones.

_Te acordas amor aquel día que nos confesamos nuestras más perversas fantasías?

Me sentí desvanecer, mis piernas se doblaron, mis tobillos no me soportaron…
Caí desplomada al suelo otra vez.

Mi mente me trajo los recuerdos de aquella conversación, cuando me di cuenta de la situación me llene de odio, quise putearlo, maldecirlo a más no poder… quise decirle tantas cosas… no me salían las palabras, me estaba ahogando en ellas, pero no las podía expulsar.

Bueno “mi reina” he cumplido la tuya!! Recuerdo decías que tu fantasía más perversa era ser violada por 3 tipos, o más, y que entre ellos había 1 o 2 negros con grandes pijas dándote por todos lados, bueno solo conseguí 1 negro, te debo el otro, ja ja (su risa apabullante retumbaba en mi sien)
Que desagradecida resultaste, te acabo de cumplir tu fantasía y no me decís nada…

No podía creer lo que estaba escuchando. Él al que le brindé mi amor incondicional por casi 2 años, a él que le entregue mi juventud, mi virginidad, todo mi ser…
No me entraba en la cabeza que el monstruo que tenía enfrente alguna vez fue dueño de mis ilusiones.

Levanto mi ropa que estaba desparramada por el suelo y la tiró sobre mi cuerpo mojado y sucio y como si nada hubiera pasado me dijo:

_ Dale! vestite que te llevo a tu casa, no pensarás irte caminando con esa facha. (Nuevamente esa risa sobradora me apabulló).
Ahogada con mis propias lagrimas temblando me puse la ropa sobre mi cuerpo lleno de semen y de orina.

Me agarró de un brazo y me empujo dentro del auto. Burlándose, reprochándome por haberlo abandonado y cambiado por mi actual novio, estaba desquiciado, no era el mismo chico del cual yo había estado perdidamente enamorada tiempo atrás.

Lloré todo el camino, llegamos a la puerta de mi casa tocó bocina para que alguien saliera, tenía hasta el mínimo detalle planeado. Él sabía que los sábados mis padres se iban al campo de mis abuelos, que en la casa no quedaba nadie, era una costumbre que el bien conocía.

Salió Nico “mi novio” sobresaltado, casi corriendo, sabía que algo me había pasado, siempre llegaba a la misma hora, minutos más minutos menos.

Del mismo modo que me subió al auto me bajó.
Tomada por un brazo me tironeo y me empujó contra Nico

_ ¿le contaste a tu novio de tus fantasías?
Dejando la pregunta en el aire se marchó cobardemente.

Me largue a llorar desconsoladamente, me acurrucó en su pecho envolviéndome con sus brazos protectores, mientras entrabamos a la casa, Él no entendía nada, hasta que se lo conté TODO.

Cuando comprendió lo ocurrido me convenció de hacer la denuncia policial.

En la comisaria me trataron bien, llamaron a una médica femenina para hacerme la debida revisión, pero la infinidad de exhaustivos controles médicos me hicieron arrepentir de haber ido, era volver a repetir una y otra vez aquella situación.
Con el tiempo y gracias a mis descripciones fueron previamente citados a declarar, y detuvieron a los 4, el calvo, el rubio, el negro y a Lucas, “mi ex”.
Habían pasado más de 6 meses cuando me avisaron que había salido la sentencia del caso.
Y la noticia de que todos habían ido presos me causó alivio, y me devolvió un poco la Paz que me habían robado desde entonces. Ya no quise saber más del tema. Demasiada pesadilla había vivido hasta ese momento. Saber que estaban entre rejas me daba cierta tranquilidad.

(8 meses después de aquella noche)
Nos encontrábamos sentados en el umbral de la casa que compartíamos con Nico desde aquel maldito episodio. YO no dejaba de contemplar el rostro de mi amado, sus ojos negros, grandes, acompañado por esas tupidas pestañas que le daban un “toque especial”, su miraba perdida en vaya a saber que, no advertía de mi insistente mirar.
Su cabello renegrido, brilloso, y ondulado era toda una tentación para mis dedos… lo sorprendí deslizándolos entre ellos, acariciándolo.

Me abrazó muy fuerte y me beso muy tiernamente.
_No te preocupes por nada “mi amor” ¡¡va a estar todo bien!! Nuestro Amor todo lo vence, mientras pasaba su mano acariciando mi panza de 8 meses de gestación.
Y efectivamente así fue. Mi hijo nació, Nico le dio su apellido y todo su amor

5 años después…
Vivíamos felices los 3. Los recuerdos ya no me atormentaban, había logrado superarlo gracias a un grupo de psicólogos y a la comprensión y compañerismo de mi pareja y demás familiares.

Como casi todos los domingos habíamos llevado a Gonzalito a la plaza del centro, era una tarde soleada, de esas que invitan a tomar aire puro.

Gonza corrió a su juego preferido “la hamaca”, raramente estaban a esa hora libres. Se trepó en ella inmediatamente, lo miró a Nico con mirada cómplice buscando que lo hamaque. Yo me senté en el banco frente a ellos, disfrutando, me regocijaba de placer cada vez que los veía reír.

A los pocos minutos se ocupó la hamaca de al lado. Un niño de cabellos rubios/dorados, de aproximadamente 3 añitos, no más, llegó acompañado por un hombre joven de igual color de cabello, toda hacía suponer que se trataba de padre e hijo.

Mientras yo tomaba un poco de sol, ellos se divertían.

Al rato volteo a verlos y veo a los niños deslizándose juntos por el tobogán. Me quedé shockeada al notar el parecido asombroso entre ellos, me acerqué un poco para marcar las diferencias, serían mínimas porque no se las noté, sus rasgos eran idénticos. Me fui para donde estaban ellos. Cuando me acerqué lo suficiente recién ahí vi el rostro del supuesto padre de la criatura, ambos nos quedamos perplejos, creo que los 2 nos reconocimos al instante, él dejó de mirarme, agacho su cabeza como avergonzado, voltee a mirar el rostro del niño y ahí mi corazón se sintió estallar…

De golpe se me apareció la imagen de aquella noche, y en pocos segundos reviví las secuencias de la peor noche de mi vida.

¿Es tu hijo? Le pregunte, sabiendo de antemano la respuesta.

Cuando este me lo confirmó con un sí tembloroso, y mencionó la palabra perdón por detrás busque la mirada de Nico, él estaba observando lo mismo que yo, pero no llegó a escuchar las palabras que él había mencionado, pero por mi cara y mis ojos desencajados, creo supo descifrar mi pensamiento al instante.

Los niños eran idénticos, y no era casualidad, la genética del padre era visiblemente notoria en ambas criaturas.

Lo miré a Gonza que inocentemente sin saberlo jugaba con su medio hermano, lo llamé diciéndole que ya era tarde, vino corriendo a nuestro encuentro, Nico lo tomo de una mano y yo de la otra, y desde entonces nunca más los hemos vuelto a ver.

«Orgía Impensada»

Estándar

Me estaba dando un baño relajante para aliviar tantas horas de estrés laboral, cuándo un sonido proveniente del living me sobresalto. Era el timbre del teléfono. Envolviéndome en la bata que colgaba en el perchero corro a atender la llamada…
Era juanchi (mi mejor amigo) recordándome que esa noche era su fiesta de cumpleaños, y que no podía perdérmela, sabiendo lo olvidadiza que soy decidió refrescar mi memoria minutos antes.
Colgué con él y seguí…
Aún me faltaban unos detallecitos, yo no iba a dar por terminado aquel lujurioso baño sin antes haberme sumergido por lo menos unos 10 minutos en la bañera con mis espumas burbujeantes de rosas mosqueta , y jazmín …

Al llegar a la casa de Juanchi me recibieron muy amablemente unos cinco o seis chicos más o menos, uno de ellos tomo mi abrigo y mi cartera que gentilmente coloco justo detrás de la puerta de entrada.

Me encontraba confusa y pensaba donde están los demás invitados, y en voz alta pregunte al grupete de chicos _ Donde está el cumpleañeros?
Y uno con voz potente me responde: ya viene, salió un momento y nos pidió que mientras el regresaba te atendiéramos bien…

Ya más tranquila me acomodé en uno de los sillones blancos que adornan el gran living de su casa.
El más juvenil del grupo me acercó un refresco, a lo cual acepto encantada, tenia calor…
Entre charlas y refrescos el tiempo pasaba y la ausencia de mi amigo y del resto de los invitados se hacía notar.
Pero claro, no quería decir nada, iban a pensar que era una tonta.
No sé si era el baño relajante o la bebida refrescante que me habían dado pero comencé a tener un poco de sueño, y sentía mi cuerpo pesado.
Me quise parar del sillón y me volvía a caer pesadamente en el.
Los muchachos estaban ahí pero no mencionaban palabra alguna, y se miraban entre sí…

Volví en un segundo intento a querer ponerme de pie pero fue imposible, caí desplomada nuevamente, los ojos se me cerraban, y creo que los mantuve un largo rato cerrados porque cuándo los abrí estaba rodeada de cuerpos desnudos agitando fervientemente sus pijas frente a mí con miradas devorantes recorrían mi cuerpo, en ese instante me noto que también carecía de mis prendas…

Parecía como que un pulpo me hubiera rodeado, sentía manos por todos lados, en mis tetas había dos; uno lamiendo y mordisqueando un pezón, otro jalaba de la otra mama como si quisiera arrancarla, el de la voz potente me llevó las piernas hacia atrás quedando mis rodillas a la altura de mis senos y abriéndome los labios de la vagina con sus enormes manos se incrustó en ella como si jamás antes hubiera chupado una concha, se había apoderado de mi clítoris de tal manera que me hacia doler, su gran lengua me recorría salvajemente de abajo hacia arriba, y así sucesivamente … no me pude resistir ante tanta presión que este ejercía con los movimientos que me vine en un orgasmo tembloroso … saliendo un fuerte chorro de orina mezclado con mi néctar bañe su rostro que pareció no importarle y siguió con devoción levantando con su lengua cada gota que de mí salía.

A la vez alguien me ahogaba con su dura y caliente pija en un solo envión en mi boca, al grito de chúpamela putita!!! Entre mis ahogos y sus embestidas el tipo me acabó en ella, y ordenándome que bebiera hasta la última gota, yo obedecí sumisamente pasándome la lengua por mis labios para que no quede ningún rastro de su semen.

El grandote con la cara embadurnada de mi corrida la retiro de mi sexo y tomándose con la mano derecha su falo erecto lo llevó hasta mi boca dejándome anonada de semejante pedazo que este cargaba!!!
Le rodee con mis labios el prepucio lamiendo suavemente el frenillo, a la vez que mi lengua recorría parte de su tronco que ya sostenía con mi mano, mientras otro de los muchachos, este era más bien menudo, con cara de saber coger, hurgaba con sus dedos dentro de mi concha, e intercalaba con ligeros lengüetazos, otro se apoderó de mi ano, y me lo comenzó a dilatar con la punta de la lengua, sentía que me volvía loca de tanto placer…

Eran tantas manos, lenguas, y pijas rodeándome que perdí el control de todo.

Dos de ellos se pajeaban a centímetros de mi cara sin quitar la vista de la escena. El que estaba en mi culo dejó su lengua para meterme primero un dedo, luego dos, moviéndolos circularmente como haciendo lugar… quitaba los dedos y los llevaba a mi boca para que los lamiera, saque con mis manos la pija que tenía en mi boca, y le chupe los dedos con devoción, relamiéndome como una prostituta a la que luego recompensarían por su trabajo.
Excitadísimo levantando una de mis piernas sobre el respaldo del sillón me penetró por el culo que él mismo ya había dilatado.

Con movimientos toscos como si nunca hubiera penetrado por la puerta trasera le suplicaba que lo hiciera más suave, parecía que esto lo enfureció y más fuerte me la clavaba, y más dentro empujaba, arrancándome una mezcla de gemidos y de dolor.

Dejando su cuerpo casi en el aire “el que parecía un oso” metió su gran pija por la concha, con embestidas casi brutales me la mandó hasta el fondo, (me sentía en la gloria), me estaban cogiendo por los dos agujeros salvajemente, mis gemidos parecían aullidos de loba en celo en pleno acto de procreación.

Otros 3 se turnaban para llenar mi boca con sus pedazos y en un arrebato de calentura se acercó uno con un gran tatuaje en su brazo derecho, que hasta ese momento no se lo había descubierto, se tomo los huevos con su mano apretándolos desde la base de los mismos me los puso sobre mi cara empujando mi cabeza me obligo a lamer, parecía que le iban a explotar de lo cargados de leche que ya estaban.

Mientras yo me retorcía de placer con esa doble penetración, el restante apretaba mis tetas juntándolas y metiendo su miembro en medio de ellas se pajeo a un ritmo descontrolado sin parar y cuando se vio venir agitándolo me esparció todo su semen en mi rostro, pelo, y llegando hasta mis tetas, que el muy asqueroso lamió su propia acabada hasta dejarme tan limpia como había llegado…

Acto seguido el que me estaba taladrando el orto y ya con la leche en la punta se acercó hasta mí, me lo dio a mamar que no habría pasado ni 1 minuto cuándo llenó la boca de su tibia lechada, chorreando por las comisuras pasé mi lengua para no dejar escapar nada.

A mi trasero no le daban respiro cuando este lo dejó lo ocupo uno de los que se pajeaba en mi cara, el pobre estaba tan caliente que al 3 bombeo se corrió dentro de mí y así con la leche aún saliendo de mi agujero vino el rubio de pelo largo que me la metió sin piedad encontrándolo tan agrandado de tanto traqueteo me la sacaba y metía golpeando los huevos contra el clítoris, meciéndome en un lujurioso sin fin de orgasmos mis gemidos ya no eran tal, sino más bien eran gritos, me premio con una terrible eyaculación que sin sacarla dando sus últimas embestidas sentía como chorreaba el liquido hasta alcanzar mi vagina y enchastrando la pija que seguía bombeando cada vez con más intensidad, sumaron una cuota de morbo extra en mí que conjuntamente con el frotamiento de este con la leche calentita del anterior lograron mi tercer largo orgasmo saciando mi inexplorada perversidad.
Dejándose llevar por la lujuria del momento sacó de golpe su palpitante pene y se vació por completo sobre mi extasiado cuerpo.

Me sorprenden unos aplausos provenientes de la puerta como agasajando el culmine de la fiestita, y lo veo a él… mi amigo!!!
Me dice:
Al ver que tardabas tanto me preocupé!!!
Me cansé de tocarte timbre y al tantear la puerta noté que estaba sin llave.
Me alegro que no te haya pasado nada, la próxima vez que te des un baño de inmersión ponte la alarma del reloj.

El cumpleaños de mi mejor Amigo

Estándar

Me estaba dando un baño relajante para aliviar tantas horas de estrés laboral, cuándo un sonido proveniente del living me sobresalto. Era el timbre del teléfono. Envolviéndome en la bata que colgaba en el perchero corro a atender la llamada…
Era juanchi (mi mejor amigo) recordándome que esa noche era su fiesta de cumpleaños, y que no podía perdérmela, sabiendo lo olvidadiza que soy decidió refrescar mi memoria minutos antes.
Colgué con él y seguí…
Aún me faltaban unos detallecitos, yo no iba a dar por terminado aquel lujurioso baño sin antes haberme sumergido por lo menos unos 10 minutos en la bañera con mis espumas burbujeantes de rosas mosqueta , y jazmín …

Al llegar a la casa de Juanchi me recibieron muy amablemente unos cinco o seis chicos más o menos, uno de ellos tomo mi abrigo y mi cartera que gentilmente coloco justo detrás de la puerta de entrada.

Me encontraba confusa y pensaba donde están los demás invitados, y en voz alta pregunte al grupete de chicos _ Donde está el cumpleañeros?
Y uno con voz potente me responde: ya viene, salió un momento y nos pidió que mientras el regresaba te atendiéramos bien…

Ya más tranquila me acomodé en uno de los sillones blancos que adornan el gran living de su casa.
El más juvenil del grupo me acercó un refresco, a lo cual acepto encantada, tenia calor…
Entre charlas y refrescos el tiempo pasaba y la ausencia de mi amigo y del resto de los invitados se hacía notar.
Pero claro, no quería decir nada, iban a pensar que era una tonta.
No sé si era el baño relajante o la bebida refrescante que me habían dado pero comencé a tener un poco de sueño, y sentía mi cuerpo pesado.
Me quise parar del sillón y me volvía a caer pesadamente en el.
Los muchachos estaban ahí pero no mencionaban palabra alguna, y se miraban entre sí…

Volví en un segundo intento a querer ponerme de pie pero fue imposible, caí desplomada nuevamente, los ojos se me cerraban, y creo que los mantuve un largo rato cerrados porque cuándo los abrí estaba rodeada de cuerpos desnudos agitando fervientemente sus pijas frente a mí con miradas devorantes recorrían mi cuerpo, en ese instante me noto que también carecía de mis prendas…

Parecía como si un pulpo me hubiera rodeado, sentía manos por todos lados, en mis tetas había dos; uno lamiendo y mordisqueando un pezón, otro jalaba de la otra mama como si quisiera arrancarla, el de la voz potente me llevó las piernas hacia atrás quedando mis rodillas a la altura de mis senos y abriéndome los labios de la vagina con sus enormes manos se incrustó en ella como si jamás antes hubiera chupado una concha, se había apoderado de mi clítoris de tal manera que me hacia doler, su gran lengua me recorría salvajemente de abajo hacia arriba, y así sucesivamente … no me pude resistir ante tanta presión que este ejercía con los movimientos que me vine en un orgasmo tembloroso … saliendo un fuerte chorro de orina mezclado con mi néctar bañe su rostro que pareció no importarle y siguió con devoción levantando con su lengua cada gota que de mí salía.

A la vez alguien me ahogaba con su dura y caliente pija en un solo envión en mi boca, al grito de chúpamela putita!!! Entre mis ahogos y sus embestidas el tipo me acabó en ella, y ordenándome que bebiera hasta la última gota, yo obedecí sumisamente pasándome la lengua por mis labios para que no quede ningún rastro de su semen.

El grandote con la cara embadurnada de mi corrida la retiro de mi sexo y tomándose con la mano derecha su falo erecto lo llevó hasta mi boca dejándome anonada de semejante pedazo que este cargaba!!!
Le rodee con mis labios el prepucio lamiendo suavemente el frenillo, a la vez que mi lengua recorría parte de su tronco que ya sostenía con mi mano, mientras otro de los muchachos, este era más bien menudo, con cara de saber coger, hurgaba con sus dedos dentro de mi concha, e intercalaba con ligeros lengüetazos, otro se apoderó de mi ano, y me lo comenzó a dilatar con la punta de la lengua, sentía que me volvía loca de tanto placer…

Eran tantas manos, lenguas, y pijas rodeándome que perdí el control de todo….

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«Fantasía Incestuosa» 3ra y última parte

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Abrí la puerta de una patada y la veo a ella sentada mirándome con cara “desencajada”  sin entender lo que estaba sucediendo.

Preguntando: -qué haces, porque entras así?….

le grite: -quiero hacer contigo lo mismo que hicieron esos tipos con vos…

Pálida,  aturdida, me quedó mirando suplicando que me calmara, que podíamos hablar sin agresión, pero que ese no era sitio para hacerlo, que le tuviese respeto, que no me olvidara de que ella era su madre, me reí a carcajadas diciéndole que el respeto lo había perdido ella por coger con  esos tipos bajo el mismo techo de su familia; mientras intentaba incorporarse pidiendo saliéramos del lugar, me posicione sobre sus hombros y con mis manos  empujé hasta sentarla otra vez.

Sus gritos sollozos pidiendo piedad, eran tapados por los míos más potentes gritándole a escasos centímetros de su cara -que era una “cualquiera”, “perra”, “prostituta”, y no me acuerdo cuantas cosas más…

De sus ojos comenzaron a brotar las primeras  lágrimas.

Me  recuerdo que me bajé el pantalón y el slip dejándolos caer hasta mis pies, me agarré la pija flácida y la comencé a agitar mientras con la otra mano  fui en busca de su brazo derecho y posé su mano sobre mi sexo y la induje a que me pajeara.  La amenacé con contárselo  a mi padre si no hacía lo que yo le pedía, ahogándose en su propio llanto tomó mi verga y la empezó a zarandear, (me desconocía a mí mismo llevando a cabo “el plan”), no tardó en aumentar su tamaño y comenzó a brillar en su mano, “pero yo quería más”, quería probar cada sensación que fuera posible, le bajé la mano de un empujón, me acerqué hasta quedar encimados, ahogándola con mis embestidas se la metí y saqué de la boca reiteradas veces, la obligué a lamerme  los testículos, se me pusieron muy duros… me vine de inmediato. Fue increíble ver cómo mi semen chorreaba por sus comisuras, su llorisqueo  incesante hizo de aquello un placer incomparable.

Le arranqué la blusa de un tirón, volando por el aire los botones que la sostenían, quedando frente a mí ese par de hermosas tetas  cubiertas por el corpiño,  (no era  el mismo que un par de horas antes  había sido testigo de aquel acto sexual). Ahora llevaba uno de color negro, creo que a esa tela le llaman encaje, es abierta, y bastante transparente, (soy torpe y poco detallista) pero creo que así se llama.

Empezamos a forcejear, manotazos de acá y de allá, resistiéndose  a mis pretensiones, mi fuerza lógicamente era superior, y con una sacudida “ligera” di por terminada la lucha.

Su respiración exhausta comenzó a cesar, se dio cuenta que nada me detendría, aproveché su “casi” rendimiento y con una mano en la cintura la traje hacia mí, con la otra me libré de la única prenda que me  impedía deleitarme con ese increíble par de tetas que poseía, quedando al descubierto, a mi merced; las refregué con ambas manos notando como endurecían sus pezones con  cada fricción que les propinaba; la aureola rosada de sus pezones parecían provocar mi boca… acerqué  mi cara y comencé a rodearlos con la punta de mi lengua, lengüeteando  y  succionando los pezones que a esa altura parecían estallar.

Mi calentura aumentaba a pasos agigantados, sentía mi verga palpitar, (y no era para menos,  estaba cada vez más cerca de poseerla), su jeans  y su tanga negra habían quedado a  medio bajar de cuando  la encontré sentada orinando, poco trabajo me dieron, me aferré a la cintura del pantalón con ambas manos y como eran tipo babucha bajaron sin dificultad, lo mismo hice con la tanga.

Temblorosa y sin poder pronunciar una palabra me miraba “apesadumbrada”, (a esta altura nada me importaba) la empujé sobre el vanitory  y la obligué a sentarse en el borde del mismo.

Le abrí las piernas tomándola de los muslos para poder saborear su sexo cómodamente. Empotré mi cara en su tupida concha y me apoderé de su clítoris entre dientes, se lo succioné como si quisiera arrancárselo; a la vez le introduje dos de mis dedos “índice y medio”  entrando y saliendo de ella, comenzó a mojarse casi de inmediato, emanando un olor irresistible, su expresión reflejaba confusión; una mezcla de odio-placer,  que incitaba a seguir…

Disfruté de sus efluvios vaginales bebiendo cada gota que segregaba, a todo esto tenía la pija a punto de explotar,  y mi madre lo  estaba disfrutando casi tanto como yo.

No pude esperar más, atraje su cuerpo un poco más a la orilla la agarré de las piernas y  las puse sobre mis hombros,  y así se la fui metiendo despacio, quería regocijar con cada centímetro que iba entrando en ella, (no soy muy dotado que digamos pero la tengo bastante gruesa), cuando son más bien estrechas gozo doblemente,  si bien este no era el caso, sentí  mucho placer al penetrarla, quizás fue el morbo que me daba por hacer algo prohibido.

Cuando ya estaba toda dentro la empecé a coger con más ímpetu, ese chasquido tan peculiar que irradiaba el golpeteo de los huevos  contra su sexo fue algo  “electrizante”. Mis jadeos eran infinitos, y ella aunque quería disimular los suyos -no podía- poniendo cara de incordio  a la vez mordiéndose el labio inferior con lujuria y cerrando los ojos en cada embestida, -era evidente que le daba placer- sus jugos comenzaron a desbordar su concha chorreando hasta su ano, sin parar de bombear pensaba que seguramente esa sería mi única oportunidad de tenerla así.

Sin perder ritmo tantee el hoyito embadurnado de sus flujos y metí  lentamente mi dedo índice en él,-comprobando que lo tenía suficientemente dilatado como para cogérmelo-  saque bruscamente la pija de la vagina, bajé las piernas de mis hombros y la hice girar quedando de cara al espejo, con la ayuda de ambas manos me posicioné sobre su columna vertebral y empujé sutilmente hacia abajo.

Sin que ella se resistiera en lo más mínimo, se abrió de piernas  y se arqueo otro poco elevando la cola hasta la altura exacta de mi sexo, -evidenciando a las claras su descontrolada excitación- posé mis traspiradas manos en sus nalgas  sintiendo sus carnes duras y tirantes por la posición, y en aquel momento me afloró la curiosidad  de abofetear a mano abierta ese hermoso y generoso culo que tenía frente a mí.

El primer golpe fue algo dubitativo, pero suficiente para incitarme. Para el segundo actué con firmeza; tomé  más impulso… propinándole una nalgada que sacudió su cuerpo por completo, emitiendo un quejido estridente, que me hizo dudar de continuar, a tal punto que me arrepentí de haberme dejado llevar…pero al visualizar la marca de mi mano en su piel, alcé mi vista  y busque en el espejo  la de mi madre, dejándome entrever con su mirada  que lo había disfrutado,  entonces -sí – me relajé! -y a más pervertido más excitado- le di unos cuantos chirlos más, hasta enrojecerle las nalgas por completo, y con mis manos aún ardiendo me agarre la pija y la guie hacia su titilante agujero ayudando a introducir mi mojada y roja cabeza en él.

El esfínter estaba bastante contraído. Percibía en mi tronco  los  nervios  anales inferiores raspando a su paso contra las paredes de su recto, y aunque me costó bastante trabajo metérsela por completo fue un momento placentero; “único”.

A medida que la iba penetrando miraba sus gestos en el espejo, ella permanecía con los ojos cerrados, se la notaba muy excitada; de su boca soltaba un sonido ilegible, pero prometedor.

Aproveché la postura y con mis manos alcancé sus tetas,  se las estrujé acompañando cada embestida,  sentí  la dureza de sus pezones sobre las palmas de mis manos, su culo dilatado recibía con fervor mi verga, con mis huevos golpeando  a punto de estallar, por llenarle el culo de mi leche, quise que acabáramos juntos, pero a ella aún le faltaba, buscando la igualdad se me ocurrió llevar mis dedos por debajo de su entrepierna y empezar a cogerle  la concha con ellos en un mete y ponga en simultaneo con mis arremetidas  cada vez más feroces,-eso la enloqueció-entre espasmos y jadeos constantes mezclándose con los míos fue algo “mortal”  sintiendo mi pija aprisionada entre las paredes de su culo empezó a empaparme los dedos con sus jugos en paralelo  acababa dentro de ella. No paraba de salirme leche, -que buena cogida- cayendo algunas gotas de semen sé la saqué; la hice dar vuelta,  y se la metí en la boca  -chúpamela toda, límpiala-  mi madre obedeció con cara de vicio metiéndosela hasta el tronco afirmando los labios para hacer “un buen trabajo”; -pero la sorprendí- expulsando  un gran chorro de meaba que no pude ni quise contener, bañando su cara, cayendo por sus tetas, y recorriendo el resto del cuerpo…

Se quedó estupefacta mirándome sin poder creer hasta donde había sido capaz de llegar, pero a pesar de haber disfrutado del acto carnal  el odio que me invadió  por mi madre fue tan grande que sentí la necesidad de humillarla más…

Me subí el slip y él pantalón sin sacarle la mirada de encima metí la mano en el bolsillo  derecho de atrás y saqué los 100$ que tenía para pagar la cuota del club, y se lo revolee por la cara… me fui diciéndole – ahí tienes; puta, seguro que es mucho menos de lo que te pagan esos ricachones por cogerte, pero mucho más de lo que te mereces-

Y olvídate que tuviste un hijo alguna vez…

Espero que les haya gustado de principio a fín. Me quedo esperando por sus comentarios.

Besitos.

Martina

«Fantasía Incestuosa» 2 parte

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Disparé a refugiarme al baño pensando que mi madre saldría repentinamente de la habitación para ver quien estaba tocando timbre, -pero no- y a los gritos creyéndome en el living, o en algún otro ambiente más alejado  la escucho…

– hijooooooo!!!  abrí vos por favor-

Me ajusté el lazo de la bata con fuerza resguardando mi desnudez y la erección que me había provocado la situación, me  fui rumbo a la puerta de calle abriéndola a medias del otro lado me topé con un señor al que nunca antes había visto que por su apariencia rondaría los cincuenta años, o quizás un poco más, alto, entre cano,  muy bien puesto, tenía toda la pinta de ser alguien importante, me dice:

-¿Hola esta tu mamá?

– ¿ella lo espera?

– Sí, hemos quedado a esta hora, pero creí entenderle que  estaría sola. Puedo volver más tarde.

– Ya la llamo-

Abriendo la puerta por completo lo invité a pasar…

Hice que me siguiera hasta el living, y  que esperara allí,  pero en ese momento veo a mi madre venir por el pasillo, prolijamente arreglada y dirigiéndose hacia nosotros.

Ellos se saludan formalmente dándose la mano y se quedan conversando. Yo me retiro sin mediar palabra, mi aspecto no era muy cómodo como para hacer sociales, jaja

Ahora sí, esta vez decidido a entrar a esa ansiada ducha refrescante, que tanto merecía.  Mientras me duchaba mil imágenes pasaban por mi mente, el solo recuerdo de ellas me estaba excitando, y mucho!!!

Ya sin dudarlo sabiendo que nadie me interrumpiría comencé a masturbarme, eso  no era raro en mí, pero sí lo era “pensando” en mi mamá, entre  que estaba muy caliente y algo  furioso conmigo mismo me pajié como loco, creo que nunca me saque tanta leche como aquella vez…

Fresquito por aquella ducha que acababa de darme, y relajado por haber saciado mi calentura, ya sin acordarme de mi madre ni en el hombre que había llegado, me dirigí al cuarto a vestirme.


Saliendo de él me fui rumbo al living para ver algo de TV. Para ello  tuve que atravesar el pasillo y obligadamente pasar por la habitación de mi madre, al pasar escuché  algunos murmullos en su interior, y detuve la marcha. La puerta se encontraba cerrada, me plante frente a ella, y pegue mi oído tratando de “averiguar algo” y vaya SI averigüé!!!  Para mí sorpresa eran gemidos de una mujer, ¿será esa mi madre? nunca antes había escuchado nada igual, (ninguna de las chicas  con las cuales he tenido sexo han gemido de esa manera)  no dude un instante y nuevamente como minutos antes puse mi ojo en la cerradura; pude ver un espectáculo único, una peli porno en vivo y directo. Obviamente era ella,   tirada sobre la cama totalmente desnuda, pero no estaba sola; sus piernas elevadas sobre los hombros de “ese tipo”  mientras éste la penetraba rudamente entrando y saliendo de mi madre, de ahí los gemidos profundos.

Me dio mucha impotencia verla a mi mamá aprovechando la ausencia de mi padre por sus viajes de negocio para coger con otro tipo  y encima en “nuestra propia casa”. Pero increíblemente a pesar de la furia que esto me causaba  me estaba excitando de nuevo.

Hice caso omiso  a la repercusión de mi cuerpo y seguí  inamovible agachado viendo aquel acto sexual que me estaba quemando la cabeza, viéndolo a él bajarse  de la cama y como la hizo poner  contra la orilla  de la misma y a cuatro patas, más comúnmente llamada “la posición del perrito”  con sus manos le abrió las nalgas y apoyó su cara contra  su culo, excitadísimo y con mucha intensidad se lo “comia”  a lametazos. Si bien no le veía el rostro a mi madre, oía sus estremecedores jadeos cada vez que éste arrastraba la lengua por su agujero,  de repente le escupió el culo, y con su dedo llevó la saliva al interior del ano y yo sin moverme “espiándolo todo” veo como la toma fuertemente de su cabellera, y tirando de ella elevándose  un poco apoyó la punta de su pija en el centro  y en un par de arremetidas salvajes se la insertó  por completo, se la metía y sacaba, así  varias veces, con acento exaltado  al grito  de: “cómo te gusta que te coja el culo, putita” los gemidos  empezaron a aumentar, la cabeza de mi madre totalmente echada hacia atrás por la fuerza que éste hacía en cada embestida, ella se agarraba tan fuerte como podía de las sabanas tratando de no dejar su cuerpo caer por el peso y presión que él ejercía…

No habrían pasado ni diez minutos que le pidió que se dé vuelta de inmediato,  sumisamente mi madre obedeció, quedando sentada  frente a él  le metió la pija en la boca atragantándola con grandes chorros de semen. A él se lo escuchaba balbucear “tómatela toda, yegua, no derrames ni una sola gota”,  y se comenzó a vestir de inmediato.

Al termino de ponerse los zapatos le dijo:

-como me hiciste  gozar putona!!

Metió  la mano en el bolsillo de su elegante pantalón y sacó algo que no alcancé a distinguir; y se lo apoyó sobre el abdomen de mi madre que aún seguía exhausta tirada sobre la cama.  Luego le dio  un beso casi fugaz y se despidió diciéndole textualmente: -“te lo has ganado en buena ley”, con esa voz suave que la caracteriza  ella respondió:

-Me alegro que te lo hayas pasado bien!!

-hoy estuviste especialmente “muy bien” te he dejado el doble de lo convenido, tan pronto como pueda te volveré a llamar.

Me quedé perplejo con esa última frase resonando en mi cabeza…

¿Sexo a cambio de dinero? Me re pregunte una y otra vez

Ella se despide con un simple

-“gracias, que sigas bien”

Él que  parece conocer muy bien  la casa yendo hacia la puerta de salida comentando:

– no te molestes corazón, ya sé el camino, hasta la próxima.

Salí corriendo, me desparrame en el sillón del living como si hubiera estado desde hacía rato, y me hice el dormido.

Después de lo que había visto me invadió una mezcla de impotencia y bronca que empecé a sudar como un loco, me fui a la cocina a tomar algo fresco, me senté  sobre la mesada y bebí la gaseosa con devoción.

En eso veo la sombra de mi madre atravesar por  la arcada  que divide la cocina del comedor diario, yo me sentía “aturdido” mil cosas se me venían a la mente, tenía ganas de gritarle que lo había visto “todo” de amenazarla con contárselo a mi padre, pero interrumpió mis pensamientos  preguntando  ¿qué tal me había ido en mi clase de piano? respondí a su pregunta, preferí ahogarme con aquellas palabras que brotaban de mi conciencia,  y me salí de la casa exacerbado, me subí a la bicicleta y me fui a la casa de mi mejor amigo.

Al volver ya un poco más tranquilo, tenía en mente una estrategia, quería investigar algo más…estaba sugestionado, y cualquier movimiento que ocurriera en la casa iba a tratar de supervisarlo.

Al día siguiente pasado el medio día, recibió un llamado a su celular, parecía hablar con Noemí su mejor amiga, quedando en reunirse en hora y media a más tardar. Pero esperé a que mi madre se descuidara y tomé su celular, marque el numero del registro de llamadas y me atendió una voz masculina, al que le corte de inmediato. Me dije a mi mismo, “es momento de poner en funcionamiento mi plan”.

La busque por la casa a mi madre y le hice creer que me iba a Natación, en realidad  era día y hora que “debería” ir a Natación, y después de allí habitualmente me iba al gimnasio a hacer un poco de fierro. Pero esta vez no iba a ningún lado, me despedí de mi madre y salí a la calle, di algunas vuelta para dejar pasar el tiempo y al volver encuentro un mondeo 2009 plateado estacionado al frente de nuestra propiedad, me salté el corralón que da al patio y entré a la casa por la puerta del fondo, que premeditadamente había dejado sin llave, y a la habitación de huéspedes, (esa que ocupa algún que otro familiar en fechas festivas) y que el resto del año se encuentra deshabitada.

Pero al pasar delante  de la ventana veo que las cortinas blancas de tul que la vestían se encontraban desprolijamente corridas hacia un lado, dejando al descubierto el otro, me tiré al piso y asomé mi cara solo hasta donde necesitaba ”mis ojos”  que pudieron captar con claridad como mi madre lo cabalgaba dándole la espalda era penetrada por el culo mientras que por la concha  la cogía vigorosamente con un vibrador con la ayuda de una mano y con la otra  le frotaba las tetas…

De nuevo excitado por ver a mi madre tan perra, tan caliente,  dándole por sus dos agujeros, me volví loco, ver la cara de placer de ella me excitaba muchísimo, se mezclaban los sentimientos, odio, calentura, no aguante más, abandone la escena  y me fui a masturbarme al baño.

Ya una vez en mi habitación, tirado en la cama pensaba… Vaya a saber el tiempo que viene  haciendo “esto”. Sabiendo que al día siguiente mi padre estaría de vuelta, y no sabía si  debía decírselo o no!!  Sabía que si hablaba se iba a podrir todo,  y no estaba seguro de querer eso.

Me quedé atento a cada ruido,  movimiento que salía de la casa, los escuché venir por el pasillo y me apuré a esconderme detrás de la puerta, supuestamente yo no estaba en la casa…

Cuando me aseguré que el sujeto se hubiese marchado y mi madre había entrado al baño, salí de mi cuarto y caminé silenciosamente hasta él…

Continuará…

Fantasía Incestuosa!!! 1ra parte

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Hacía mucho calor.

Regresaba de mis clases de piano (por aquellas épocas se me daba por la música). Dispuesto a entrar directamente a la ducha, al llegar; dejé caer sobre el sofá mi remera transpirada de tanto sudar.

Aquel camino a casa era largo y la transpiración había corrido por todo mi cuerpo, ya no la  aguantaba más… de camino al baño me fui sacando los zapatos, medias; y pantalón, dejando caer al piso cada prenda a medida que me la quitaba.

Al llegar al baño, me encuentro con  la puerta entre abierta, y sentía el agua de la ducha caer; esto no me lo esperaba, no sabía quien estaba dentro, pero mi curiosidad pudo más …silenciosamente y temeroso  asomé  la cabeza para ver de quien se trataba…

Era ella.

Me alejé del lugar quedándome con ganas de espiarla. Pero a mitad de camino me detuve, y pensé: ¿Y porque no? sino me va a ver…

No podía dejar pasar esa oportunidad.

Nunca antes la había visto así, totalmente desnuda, era perfecta!!!

Esos senos que me amamantaron por casi dos años ahora se encontraban  frente a mí; redonditos, de un tamaño perfecto, desprovistos del corpiño. No me los imaginaba así de bellos, menos aún por tratarse de los de mi madre, con cuarenta y dos años, yo tenía la idea que a esa edad ya los tendría fláccidos y caídos. Es que a decir verdad nunca se los había “observado”, las únicas tetas que miraba eran las de mis compañeras de curso y de alguna que otra noviecita que he tenido.

Dejé caer mi mirada para seguir deleitándome con el cuerpo de mí madre y al bajar me encontré con su pubis, delicadamente velludo, pero sin ser exagerado; tapando a penas su sexo,  (agradable para mis ojos) admito que comencé a ponerme nervioso, tenía miedo que se diera cuenta de que la miraba, pero a la vez, no podía dejar de hacerlo.

Ella estaba allí totalmente  desnuda solo para mí.

Ocultándome detrás de la puerta también me encontraba desnudo, y mi cuerpo respondiendo a lo que veía, era inevitable…
Me estaba excitando con aquella situación, comencé a transpirar más que cuando venía camino a casa.

Y sin sacarle la vista de encima, me deleitaba viendo como se  lavaba su larga y abundante cabellera.
Deseaba en ese instante ser el agua que recorría su cuerpo… comenzando por su rostro, deslizándose por los senos los pezones erectos seguramente por la sensación del agua cayendo sobre ellos… bajando por el abdomen, ombligo, vagina, recorriendo sus nalgas, sus largas piernas, y muriendo a sus pies…


Al escuchar a mi madre cerrar el grifo “dejé de volar”.

Tomó el toallón  y comenzó a secarse el rostro, siguió por los brazos, luego fue el turno de ese par de  tetas que  me estaba quemando la cabeza, cuando de golpe se detuvo y quedando inmóvil por un instante miró  hacia la puerta como intuyendo mi presencia, – preguntó:

– ¿Hola? ¿Sos vos hijo?


Me quedé atónito ante la voz de mi madre, mis mejillas se incendiaron pensando que podría haber sido descubierto.

Me retiré en silencio y como cuán cangrejo  daba pasos hacia atrás abandonando ese preciado escenario con un dejo de tristeza y susto a la vez.

Fui a mi habitación de la cual no tendría que haber salido, por lo menos hasta que mi madre no saliera de la ducha. Me dirigí al armario en busca de la bata, me envolví en ella y esperé oír los pasos de mi madre hacía su cuarto, asegurándome que no nos cruzaríamos.

Un largo pasillo separaba mi habitación del baño, y ese mismo también llevaba a la de mis padres, al pasar frente a ella y a pesar de que  la puerta estaba cerrada no me pude contener, me agache hasta la altura de la cerradura y comencé a espiar.

Y allí estaba!!!

-parada frente a la cama matrimonial-

Escogiendo la ropa interior,  sobre ella se encontraban dos conjuntos: uno blanco y otro rojo, los tomó entre sus manos y se los quedó mirando dubitativa por unos segundos, decidiéndose al fin por el blanco, que por lo que alcancé a observar era bastante diminuto. Lo dejó sobre la cama y así desnuda prosiguió buscando el resto de la ropa que se pondría. Hacía mucho calor,  y a pesar de estar recién duchada se notaba que lo padecía.Fue hacia el ventilador y lo encendió. El viento que éste desprendía jugaba con su melena aún mojada…

Mis ojos pudieron captar “todo” gracias al ojo de la cerradura. Y como minutos antes mi cuerpo se comenzó  a inquietar. Mi corazón latía más de lo habitual, y mi pene escondido debajo de la bata se hizo notar, (lo tenía tan duro que sentía dolor en los testículos); mis manos de manera espontánea fueron hacia mi pija y automáticamente  me empecé a pajear mientras no dejaba de mirar  aquella escena “novedosa” por lo menos para mí.

Sin sospechar lo que pasaba tras la puerta, mi madre se comenzó a vestir. Mientras tanto yo continuaba allí impávido  como si estuviese estacado, sin poder dejar de observar como esas prendas rozaban su delicada piel, celoso de ellas por no ser yo en ese instante quien pudiera arrullar  su cuerpo, a más pensaba más me excitaba,  mis manos sobre mi erecta pija no cesaban  de masturbarme, estaba hinchada y muy roja,  me sentía a punto de estallar, no tardaría en venirme… cuando de repente  en ese “inoportuno” momento alguien llama  a la puerta…

» VIOLACIÓN PROGRAMADA» 3ra Parte

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Me asombré de cómo mi concha se había devorado semejante tronco, en cada cabalgada caía pegando contra sus huevos. El mismo que antes me había arrancado un orgasmo con su boca me hacia jadear, pero preferí morderme y tragarme cada gemido que me provocaba, no podía demostrar que me estaba haciendo gozar.
Sentí que su leche estaba por venir y antes de que llegara a la punta me detuve, y le pedí por favor que no me acabara dentro.

Por suerte se compadeció. Me hizo arrodillar y que se la volviera a chupar, y cuando supo que ya le venía entre mezcla de gemidos y gritos me eyaculó en la cara, parecía que nunca iba a terminar de salir leche, era asquerosamente terrible sentir su leche por toda mi cara.
Los otros 2 se sumaron frotándose frenéticamente buscando alcanzar el cometido; me acabaron con grandes chorros de semen salpicando todo mi cuerpo.

Cuando creí que al fin todo había terminado, se escucharon aplausos que provenían del final del puente, cada vez se sentían más cercanos, cambio los aplausos por una exclamación
_ ¡bien muchachos! Así da gusto contratarlos, pero para culminar falta el detalle final, no se corten con mí presencia.

Esa voz que se iba acercando cada vez más al lugar, me resultaba familiar, venía de un costado, la luz del auto no lo alcanzaba. No me dejaba ver de quien se trataba, solo se vislumbraba una figura masculina. Pensé lo peor…

¡Me van a matar!

En el preciso instante que esa frase mortal repercutía en mi cabeza me sorprendieron unos chorros desde lo alto, mojándome por completa, los hijos de re mil puta me estaban meando encima.

Con gran repulsión escupí la orina que había entrado a mi boca. Y a pesar de la asquerosa situación me alivio saber que no era lo que yo pensaba, les comencé a gritar de todo, lo que me venía en mente, descomprimí la angustia de pensar que sus caras sería lo último que iba a ver.
Mi cuerpo consternado y pesadumbrado no respondía lo que mi mente le ordenaba, mientras ellos se escurrían en la lejanía de la oscuridad, para el lado contrario con rumbo desconocido del cual me habían traído, tomando fuerzas como pude, me fui incorporando poco a poco…

Cuando tuve la intención de comenzar a correr en busca de la carretera escucho mi nombre pronunciar por aquella voz que momentos antes no había podido reconocer. Pera esta vez venía enfrentándose a los faroles del auto. Ahí recién pude ver de quien se trataba.

Era Lucas mi ex novio, del que había estado muy enamorada tiempo atrás, un chico muy posesivo, siempre me celaba tontamente y sin motivos, fue una relación enfermiza de la cual me costó salir. Él seguía persiguiéndome a sabiendas de que yo estaba de novia en la actualidad con Nicolás.

En estos últimos 2 meses no había sabido nada de él, creí que había logrado superar su problema, porque su mamá me había contado en una oportunidad que nos encontramos en el centro, que estaba yendo a un psicólogo, lo cual me alegre que se estuviera tratando.

_ no te podes quejar “mi reina” (siempre me había llamado así) aunque estemos alejados yo siempre pienso en vos.

Se fue acercando un poco más, hasta quedar frente a mí, con ánimo de amedentrarme clavo su mirada en la mía, me aterraba, me descolocaba, temía por sus intenciones.

_Te acordas amor aquel día que nos confesamos nuestras más perversas fantasías?

Me sentí desvanecer, mis piernas se doblaron, mis tobillos no me soportaron …
caí desplomada al suelo otra vez.

Mi mente me trajo los recuerdos de aquella conversación, cuando me dí cuenta de la situación me llene de odio, quise putearlo, maldecirlo a más no poder… quise decirle tantas cosas… no me salían las palabras, me estaba ahogando en ellas, pero no las podía expulsar.

Bueno “mi reina” he cumplido la tuya!! Recuerdo decías que tu fantasía más perversa era ser violada por 3 tipos, o más, y que entre ellos había 1 o 2 negros con grandes pijas dándote por todos lados, bueno solo conseguí 1 negro, te debo el otro, ja ja (su risa apabullante retumbaba en mi sien)
Que desagradecida resultaste, te acabo de cumplir tu fantasía y no me decís nada…

No podía creer lo que estaba escuchando. Él al que le brindé mi amor incondicional por casi 2 años, a él que le entregue mi juventud, mi virginidad, todo mi ser…
No me entraba en la cabeza que el monstruo que tenía enfrente alguna vez fue dueño de mis ilusiones.

Levanto mi ropa que estaba desparramada por el suelo y la tiró sobre mi cuerpo mojado y sucio y como si nada hubiera pasado me dijo:

_ dale,!! vestite que te llevo a tu casa, no pensarás irte caminando con esa facha. (nuevamente esa risa sobradora me apabulló).
Ahogada con mis propias lagrimas temblando me puse la ropa sobre mi cuerpo lleno de semen y de orina.

Me agarró de un brazo y me empujo dentro del auto. Burlándose, reprochándome por haberlo abandonado y cambiado por mi actual novio, estaba desquiciado, no era el mismo chico del cual yo había estado perdidamente enamorada tiempo atrás.

Lloré todo el camino, llegamos a la puerta de mi casa tocó bocina para que alguien saliera, tenía hasta el mínimo detalle planeado. Él sabía que los sábados mis padres se iban al campo de mis abuelos, que en la casa no quedaba nadie, era una costumbre que el bien conocía.

Salió Nico “mi novio” sobresaltado, casi corriendo, sabía que algo me había pasado, siempre llegaba a la misma hora, minutos más minutos menos.

Del mismo modo que me subió al auto me bajó.
Tomada por un brazo me tironeo y me empujó contra Nico

_ ¿le contaste a tu novio de tus fantasías?
Dejando la pregunta en el aire se marchó cobardemente.

Me largue a llorar desconsoladamente, me acurrucó en su pecho envolviéndome con sus brazos protectores, mientras entrabamos a la casa, Él no entendía nada, hasta que se lo conté TODO.

Cuando comprendió lo ocurrido me convenció de hacer la denuncia policial.

En la comisaria me trataron bien, llamaron a una médica femenina para hacerme la debida revisión, pero la infinidad de exhaustivos controles médicos me hicieron arrepentir de haber ido, era volver a repetir una y otra vez aquella situación.
Con el tiempo y gracias a mis descripciones fueron previamente citados a declarar, y detuvieron a los 4, el calvo, el rubio, el negro y a Lucas, “mi ex”.
Habían pasado más de 6 meses cuando me avisaron que había salido la sentencia del caso.
Y la noticia de que todos habían ido presos me causó alivio, y me devolvió un poco la Paz que me habían robado desde entonces. Ya no quise saber más del tema. Demasiada pesadilla había vivido hasta ese momento. Saber que estaban entre rejas me daba cierta tranquilidad.

(8 meses después de aquella noche)
Nos encontrábamos sentados en el umbral de la casa que compartíamos con Nico desde aquel maldito episodio. YO no dejaba de contemplar el rostro de mi amado, sus ojos negros, grandes, acompañado por esas tupidas pestañas que le daban un “toque especial”, su miraba perdida en vaya a saber que, no advertía de mi insistente mirar.
Su cabello renegrido, brilloso, y ondulado era toda una tentación para mis dedos… lo sorprendí deslizándolos entre ellos, acariciándolo.

Me abrazó muy fuerte y me beso muy tiernamente.
_No te preocupes por nada “mi amor” ¡¡va a estar todo bien!! nuestro Amor todo lo vence, mientras pasaba su mano acariciando mi panza de 8 meses de gestación.
Y efectivamente así fue. mi hijo nació, Nico le dio su apellido y todo su amor

5 años después…
Vivíamos felices los 3. Los recuerdos ya no me atormentaban, había logrado superarlo gracias a un grupo de psicólogos y a la comprensión y compañerismo de mi pareja y demás familiares.

Como casi todos los domingos habíamos llevado a Gonzalito a la plaza del centro, era una tarde soleada, de esas que invitan a tomar aire puro.

Gonza corrió a su juego preferido “la hamaca”, raramente estaban a esa hora libres. Se trepó en ella inmediatamente, lo miró a Nico con mirada cómplice buscando que lo hamaque. Yo me senté en el banco frente a ellos, disfrutando, me regocijaba de placer cada vez que los veía reír.

A los pocos minutos se ocupó la hamaca de al lado. Un niño de cabellos rubios/dorados, de aproximadamente 3 añitos, no más, llegó acompañado por un hombre joven de igual color de cabello, toda hacía suponer que se trataba de padre e hijo.

Mientras yo tomaba un poco de sol, ellos se divertían.

Al rato volteo a verlos y veo a los niños deslizándose juntos por el tobogán. Me quedé shockeada al notar el parecido asombroso entre ellos, me acerqué un poco para marcar las diferencias, serían mínimas porque no se las noté, sus rasgos eran idénticos.  Me fui para donde estaban ellos. Cuando me acerqué lo suficiente recién ahí vi el rostro del supuesto padre de la criatura, ambos nos quedamos perplejos, creo que los 2 nos reconocimos al instante, él dejó de mirarme, agacho su cabeza como avergonzado, voltee a  mirar el rostro del  niño  y ahí mi corazón se sintió estallar…

De golpe se me apareció la imagen de aquella noche, y en pocos segundos reviví las secuencias de la peor noche de mi vida.

¿Es tu hijo? Le pregunte, sabiendo de antemano la respuesta.

Cuando este me lo confirmó con un sí tembloroso,y mencionó la palabra perdón por detrás  busque la mirada de Nico, él estaba observando lo mismo que yo, pero no llegó a escuchar las palabras que él había mencionado, pero por mi cara y mis ojos deseencajados, creo supo descifrar mi pensamiento al instante.

Los niños eran idénticos, y no era casualidad, la genética del padre era visiblemente notoria en ambas criaturas.

Lo miré a Gonza que inocentemente sin saberlo jugaba con su medio hermano, lo llamé diciéndole que ya era tarde, vino corriendo a nuestro encuentro, Nico lo tomo de una mano y yo de la otra, y desde entonces nunca más los hemos vuelto a ver.

«Violación Programada» ( 2da parte )

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Me hallaba confundida, desesperada, pensaba como poder escapar de ellos, pero a la vez mi respiración aumentaba con cada lametazo que me propinaba.

El negro se aproximó del costado izquierdo abalanzándose sobre mí cuello con su lengua asquerosamente llena de saliva, entre lamidas que me repugnaban sentía sus gruesos labios succionándome la piel de mi cuello lánguido y terso que siempre tanto me han halagado ; el hijo de puta me estaba mordiendo, me hacía doler .

Creo que en ese momento fue cuándo me di cuenta que mi vida podía correr peligro, y explote en llanto otra vez.

Eso pareció excitarlos más.

El negro se bajó los pantalones y refregaba su pedazo por todo mi cuerpo que si bien no lo pude ver por la oscuridad de la noche se percibía de gran tamaño al tocar mi piel.

Ni un miserable auto pasaba por aquel lugar que me pudiera socorrer. Conocían tanto del lugar como yo, sabían muy bien que debajo de ese puente roto nadie los descubriría.

El rubio aparentaba ser el más tranquilo de los 3, aunque con una de sus manos me tenía prisionera, solo observaba en silencio sin dejar de tocarse.
Y a pesar de aquellas palabras que me había dicho minutos antes a modo de tranquilizarme, estaban abusando de mí, así que sus palabras las ignoré por completo.

El calvo dejó mi entrepierna y con bruscos movimientos se deshizo por completo de sus prendas. Me giró salvajemente poniéndome de cara al capot, mi cuerpo curvado sobre el auto me dejaba totalmente a su merced.

Bajo un tono altanero dio orden a los otros de que no me soltaran. Demostrando ser el cabecilla. Entre risas malévolas acercó su boca a mi oído susurrando aquellas palabras que hubiera preferido no escuchar nunca…

_ahora sabrás lo que es una buena cogida.

Ahogada con mi llanto como pude suplique que me dejaran ir.
Pero nada de lo que yo dijera pareció importarles. Sus carcajadas burlonas perforaban mis tímpanos demostrándolo.

Se ubicó detrás, palpó con sus manos mi sexo y me dijo:
_ que perra resultaste; mira como te mojaste hija de puta!!! Ahora se viene lo mejor, vas a disfrutar como nunca antes.

Estaba avergonzada de mí misma, no podía creer que bajo esas circunstancias me hubiera mojado.

Como endemoniado forcejeo hasta destrozarme la tanga a tirones, intentó hacer lo mismo con el corpiño pero la tela se resistió, se conformó con sacar mis tetas fuera de él.
Luego de amasarlas bruscamente durante un rato las liberó.

Con su mano pesadamente empujaba hacia abajo mi espalda para que mi cavidad quedase a la altura de su miembro, para facilitar la penetración. Y después de un par de intentos fallidos logró su cometido.
Me penetró.

Se agarro de mi cuerpo como una garrapata a un perro, luego de varias embestidas salvajes le ordenó al negro que se dejara de tocar y encendiera las luces del auto…

_ Quiero que vean cuanta leche me sacó la putita esta.

Y cuando las luces nos alumbraban sentí como derramaba su lechada caliente sobre la espalda chorreando hasta el culo.

_Ahora es tu turno Alex; mencionó; y se acercó el rubio, más tímidamente.
_ Dejemos las luces prendidas, así vemos como te la coges, dale su merecido a la pendeja esta, ¿quien se cree que es?

Ya basta, déjenme ir a mi casa, por lo que más quieran, déjenme ir.

Sus risas nuevamente presagiaban lo que se venía.

El rubio que hasta el momento parecía ser el más tranquilo de los 3 me tomó del mentón y me giró la cabeza enfrentándome a su compañero “él negro”

_ míralo bien, fíjate el pedazo que carga el hijo de puta, saboréate porque ese será tu postre.
Las carcajadas simultáneas no se hicieron esperar.

Me agarró de mi larga cabellera tirando muy fuerte de ella y me ordenó que me arrodillara. Con un movimiento de pelvis pego su sexo a mi cara.

_ al fin no aguantaba más… deseaba que llegara mi turno, yo quiero disfrutarte por completo.
Detrás del calzoncillo te espera mi pija caliente, vamos nena, quiero ver cómo la chupas.

Por primera vez pude ver su cara, era un chico de rasgos delicados, tez muy blanca y de ojos claros, aunque no llegue a divisar su color.

Tranquilamente podría habérmelo cruzado alguna vez en la calle de mi pequeña ciudad, pero jamás hubiera imaginado que debajo de ese rostro se escondiera un nefasto violador.
A modo de custodia permanecían los otros, para impedir cualquier nuevo intento de huida.

Me resistí a chupársela, ladeaba la cara para un lado y para otro, no quería hacerlo, nuevamente implore se apiadarán de mí y me dejaran ir.

Pero como consecuencia de mi rebeldía recibí un fuerte tirón de pelo y me dijo_ linda no nos ofusques que estamos siendo buenitos con vos, hace lo que te pedimos que luego podrás irte con los tuyos como si nada hubiera pasado.

Me la metió en la boca a la fuerza y con su mano empujaba de mi cabeza maniobrando los movimientos.
_ ahora hazlo sola, chúpala como buena putita que sos.

No me esperaba recibir dentro de mi boca su catarata de semen, me dio muchísimo asco y quise escupir, pero se percató antes y me obligo a tragármela.

_Sigo re caliente, ahora quiero comerte las tetas.

Me paró y apoyo sobre el auto, e incrusto su cara en medio de mis lolas a la vez que decía que eran las tetas más perfectas que había visto.

Lloraba desconsoladamente, sentí un fuerte dolor en el pecho, cansada de hacer fuerza en vano para escapar, mis piernas flaqueaban. Pero no me quería rendir, tenía que intentar zafar de ellos una vez más.

Cuando más entretenido estaba comiendo mis tetas pensé: “este es mi momento.”

Pero mi ilusión se dilapido en un cerrar y abrir de ojos, sus manos y miradas no se despegaban de mi.
De las lolas paso a lamerme el cuello, fue subiendo en busca de mi boca, y yo le corría la cara, lo evitaba.

Dios !!! que ganas de vomitar cuándo lo consiguió, me metió la lengua y hurgaba en mi boca como si fuera mi dueño, no lo pensé, cerré de golpe mi boca y lo mordí.

Se enfureció, me tomó con fuerzas entre sus brazos y me sacudió tan fuerte que me mareo, los otros reían, y el negro agrego
_ nos salió rebelde la pendeja.

El rubio no menciono ni una sola palabra más, creo que el dolor se lo impedía.

Rabioso bajó a mi entrepierna, me lamió un par de veces, y luego se posiciono del clítoris tomándolo entre sus dientes lo mordía frenéticamente, eso me causo dolor, creo fue en venganza por lo que yo le había hecho.

Sin más preámbulos me la ensarto de una, al 5to o 6to bombeo empezó a temblar, se preveía la eyaculación, yo deseaba terminara pronto la pesadilla, me moví un poco para acelerar el trámite y lo logré, acabó de inmediato, pero acabó dentro de mí.

Dejó caer su pesado cuerpo sobre el mío diciendo
_ a pesar de la mordida estuvo genial, apartándose le cedió el lugar al restante
_ Edgar llego tu momento. Mátala a pijasos, dale

Yo me sentía fatal, mi cuerpo estaba como en el aire, no sentía mis piernas, y mi cabeza parecía estallar.
Me seguían teniendo apoyada sobre el capot, nada podía hacer para detenerlo, cuándo lo tuve frente a mi noté lo gigante que era, solo distinguía su blanca dentadura, sin promediar palabra pasó su lengua por todo mi cuerpo baboseándome.

Sus labios gruesos envolvieron por completo mi sexo. Me lamio la concha de tal manera que tuve que tratar de disimular mi orgasmo.

_ mmmm me parece a mí o mi lengua juguetona te gusto?
_Qué bien sabe!!! Murmuraba mientras se nutria de mi néctar.
_Está perfectamente lubricada para mi tronco, pero antes quiero sentir tu boca en mi falo.
Otra vez se repetía la escena anterior.

Pero yo no estaba en condición de suplicar nada, sentía mi cuerpo desvanecer.
Forzando mi boca metió su pija hasta que mi garganta dijo basta, provocándome arcadas una y otra vez, era larga y gorda, esta ocupaba toda mi boca, la comisura de mis labios parecía que se iban a rasgar.

Me bajó la cabeza llevándola hasta sus enormes huevos llenos de leche, totalmente depilado.
_ lámelos, cómemelos como se los comes a tu novio.

Me arriesgue a lo que pudiera pasar, y apreté mis dientes en uno de sus testículos, para mi sorpresa ni se inmolo, parece que no apreté lo suficiente como para provocarle dolor.

Sus compañeros ya no me sostenían, se estaban pajeando como locos frente a aquella escena.

Estaba muy caliente, sus gemidos roncos denotaban su excitación.
Esta vez fue él quien se apoyo sobre el auto. Me tomó de la cintura rápidamente, fue el único instante que había quedado totalmente liberada, pero fueron fracciones de segundos, no más, solo me dio tiempo a tirar un par de trompadas al aire intentando dar en su rostro.

Quedando yo de espaldas, me abrió las piernas, metió sus dedos en mi vagina, y con un brusco movimiento me aplastó sobre él, sentí un profundo dolor, mi estrechez frenaba la entrada de todo su aparato, arrancándome un grito que retumbaba en el silencio de la noche.
_ no quise hacerte doler bebe, quiero gozarte, pero no dañarte.

Se quedó inmóvil por un momento, hasta que calculó que el dolor había desaparecido.
Y volvió a la carga otra vez… ahora se movía formando círculos dentro de mí, estaba buscando hacer lugar para meterla toda, sentía como golpeaba la cabeza de la pija en las finas paredes de mi estrecha concha.

Cuándo se conformó del pedazo que había logrado entrar me pidió que lo cabalgara.

_Cógeme vos, cabálgame, haceme explotar de placer
Lo hice, lo cabalgue lo más fuerte que pude, quería que acabara pronto. Al fin se estaba acercando el final de la pesadilla.

CONTINUARÁ

ESTARÉ ATENTAS A SUS COMENTARIOS, POR FAVOR NO SE VAYAN SIN ANTES DEJARME AUNQUE MENOS NO SEA UNAS BREVES PALABRAS SOBRE LO QUE HAN LEÍDO.

Como toda persona que le gusta escribir historias ME GUSTA LEER SUS APRECIACIONES SOBRE EL MISMO.
A TODOS MUCHAS GRACIAS POR PASAR POR ESTE  HUMILDE BLOG

«Violación programada» 1ra parte

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Como todos los días al salir del trabajo fui a tomar el micro, estaba en la parada esperando cuando de repente y sin siquiera advertirlos me interceptaron 3 sujetos, con la luz de un auto logré divisar sus rostros, uno rubio, otro totalmente calvo, y el ultimo negro mota de contextura muy grande, que por su acento parecía ser cubano.

Cuando reaccioné que algo tramaban quise gritar. Pero ya era tarde, me rodearon, apretujaron dejándome indefensa. Y antes de yo poder pedir auxilio el calvo tapo mi boca con una cinta, el negro me alzó como si fuera una bolsa de papa y me cargó sobre su hombro, mientras el rubio ataba mis pies para que dejara de tirar patadas al aire, y me introdujeron a un auto.

Una vez dentro y con un sujeto de cada lado me quitaron la cinta de la boca, al fin pude gritar, pero nadie me oyó…
Sobre la carretera y a esas horas no era común que anduviera alguien vagando por la zona, en mi caso era la rutina de todos los días.
De repente el auto se detuvo debajo de un puente abandonado. El lugar era muy desierto, y oscuro pero inmediatamente me ubique donde estábamos, lo reconocí.

Quise zafar de ellos, pero me fue imposible, grite todo el tiempo, suplique que no me hicieran daño, les ofrecí mi bolso, mi celular, el dinero que llevaba encima, mi reloj, todo les quise dar a cambio de mi libertad…

Pero el rubio me dijo: _nena no te das cuenta que no queremos robarte, te queremos a vos, queremos tu cuerpo, queremos cogerte toda, queremos gozar, no te resistas que no te haremos daño.
Mientras los otros 2 me bajaron del auto a la fuerza, el negro metió sus manos por debajo de mi blusa frotando mis senos muy fuertemente, se sentían ásperas, como agrietadas, me hacia doler.

Me empujaron contra el capot del automóvil, entre manotazos de ellos y míos; y entre los 3 se deshicieron de mis prendas y me dejaron en ropa interior.
Ese día estrenaba un conjunto atigrado transparente, que dejaba ver claramente las aureolas de mis senos y debajo se traslucía mi vulva delicadamente rasurada.
(Aquella noche había quedado con mi nuevo novio estrenar su regalo).

El pelado me llevó y apoyó sobre el capot, me separó las piernas, yo seguía llorando desconsoladamente, el rubio y el negro se encargaron de mantenerme inmóvil, este corrió la tanga hacia a un lado y hundió su cara en mi sexo y con su lengua se encargó de abrirme los labios vaginales, luego comenzó a lamerme y cogerme con ella durante un largo rato, hacia arriba y hacia abajo (ya mis gritos comenzaban a mermar).

De cada costado seguían allí haciendo a la vez de espectadores a uno de ellos sosteniéndome con una mano y con la otra se franeleaban el bulto insistentemente por encima del pantalón…

No se pierdan la continuación en breve…


Como toda persona que le gusta escribir historias también a mí me gusta leer las opiniones sobre lo leído. Es por eso que les pido encarecidamente me dejen su firma (comentario)  en el blog.


A TODOS MUCHAS GRACIAS POR PASAR

Martina